Las hojas se cuelgan del cerco por medio de unos herrajes especiales, generalmente bisagras, de las que el mercado ferretero ofrece una extraordinaria variedad de modelos.
La situación de estos herrajes en el lateral izquierdo o derecho de la hoja da lugar a que la puerta sea considerada como puerta a izquierda o a derecha. Es decir la fijación al marco determina el sentido de giro de apertura y cierre, considerando siempre de acuerdo con la situación del usuario que entra en el local o habitación. Convencionalmente, pus , se acepta que la cara principal de una puerta corresponde al paso de entrada, no al de salida, puesto que el sentido de giro cambia de dirección en uno y otro caso; y la puerta seria indistintamente a derechas y a izquierdas.
Por el extremo opuesto al de los elementos de giro, la puerta debe complementarse con otros de fijación temporal, para evitar que una simple corriente de aire pueda abrir la hoja. Como mínimo, los cerramientos de pasos interiores deben disponer de un dispositivo resbalón, y en los casos que convenga, cerraduras tradicionales. Los pasos al exterior tienen que asegurarse con cerraduras de bombillo o de paletón, asumiendo funciones de seguridad en todos los casos.
Otros herrajes complementarios pero absolutamente necesarios que requiere el perfecto funcionamiento de las puertas, está constituido por el grupo de los elementos cogedores, tales como pomos, tiradores y asideros, aparte de los dispositivos de palanca encargados de accionar los cierres mecánicos, manubrios, manillones, manivelas, etc., plaquitas de protección, escudos, embellecedores, etc.